viernes, 27 de mayo de 2016

La Armadura Espiritual

Estimado lector, reciba un cordial saludo de parte de C.M.C.
En esta ocasión compartiremos con ustedes el tema que dimos en nuestra pasada reunión de Mayo, esperamos que sea de mucha bendición y que puedan aprender mucho, como podrán notar este artículo se redactó de una manera espiritual e histórica, y fue hecho con mucha dedicación para todos ustedes, también aclaremos que esto es un poco resumido en comparación a como se explica en las reuniones pero de igual manera podrán entender todo lo que queremos enseñar sobre esto en este post. ¡Así que empecemos!

La Armadura Espiritual

“Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales” (Efesios 6:12. NTV)

Armadura: Es el conjunto de piezas defensivas con que se revestían los combatientes. (Diccionario Rae)

La armadura que suple al señor es completa. Hemos de estar firmes en su poder, el mismo poder que levantó a Cristo de la muerte (Efesios 1:20). Y nos dio vida cuando estuvimos muertos en delitos y pecados (2:1). Una frase clave del primer párrafo es “estar firmes”, un término militar que significa mantenerse en posición, o sea no dejar terreno a un enemigo determinado, astuto y hostil. Pero la armadura de Dios es más que suficiente. Veamos:

Partes de la Armadura

El Yelmo (Efesios 6:17a): El yelmo es la armadura de un soldado, era lo que le resguardaba la cabeza, estamos hablando de la cabeza física. Pero en la armadura de Dios, el yelmo es una cobertura espiritual, y lo que protege nuestra mente. El yelmo de la salvación nos protege contra el más fatal de los golpes que puede sufrir un hijo de Dios, que son las dudas acerca de su aceptación tal y como es por el señor.



La Coraza (Efesios 6:14): La coraza era un elemento esencial en la armadura del soldado romano. Le proporcionaba protección al torso, la parte del cuerpo que contiene órganos vitales como el corazón y los pulmones, entre otros. Un soldado sin coraza iba a la muerte segura, ya que cualquier ataque podría resultar fatal, pero con una coraza resistente, los mismos ataques eran poco efectivos e inútiles, ya que los golpes rebotaban en su superficie.
Uno de los requerimientos más importantes para el creyente es la Justicia.  Justicia es símbolo de santidad, de vida y de rectitud.  La Justicia es una característica de Dios, la cual el creyente debe poseer. Filipenses 1:11 dice "llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios" 


El Escudo (Efesios 6:16): Hasta ahora, la descripción que hace Pablo de la armadura de Dios se ha limitado a sólo los accesorios que usamos. Cuando nos colocamos el cinturón, la armadura y el calzado, y ellos se sostienen básicamente por sí mismos. El escudo es algo diferente. Pablo nos dice que el escudo es algo que debemos sostener y levantar. El sólo amarrarlo a nuestro brazo no es suficiente, es necesario que hagamos el esfuerzo de mantenerlo firmemente arriba y usarlo.

¿Cuál era la función del escudo en el ejército romano?
El escudo romano no era el clásico escudo medieval que se nos viene a la mente cuando escuchamos la palabra. Era un escudo muy grande rectangular y semicurvo, con una pieza de metal cónica y punteada que se colocaba en la parte central externa (llamada umbo). Era un elemento de defensa impresionante, los soldados quedaban muy bien protegidos de los enemigos. Se podía evitar los ataques muy despiadados, porque este tenía una capacidad ofensiva y un de un golpe podía hacer que el enemigo retrocediera.


La Espada (Efesios 6:17): La espada es la única arma de defensa del cristiano, La Biblia. Es necesario que el cristiano conozca la palabra de Dios para que pueda atacar al enemigo cuando llegue el día malo, sepa usar la verdad de la Palabra para derrocar las fortalezas del enemigo. La Palabra de Dios sirve tanto de aliento para el creyente como para atacar al enemigo.


El Calzado (Efesios 6:15): En este texto de Efesios, Pablo no está hablando de estar listo para evangelizar, el contexto es de guerra espiritual, es de librar una batalla. Además, no está dando referencia de desplazarse a algún sitio sino todo lo contrario de estar FIRMES. No es la salvación de los perdidos sino la guerra de los santos contra el diablo.
El Evangelio de la paz se refiere a las buenas nuevas de que los creyentes están en paz con Dios. Los incrédulos están en ENEMISTAD con Dios, no tienen paz de Dios que vino por medio de Cristo.
Es de gran importancia que los soldados tengan un buen calzado, pues de ello puede depender su vida. ¿Se imaginaban ustedes a un soldado que le aprieten sus botas o que no las tenga puestas cuando va a pelear? Estaría en gran desventaja.

¿Cómo era el zapato de los soldados en el tiempo de Pablo?
A fin de aumentar la facilidad de movimiento sobre los diferentes tipos de caminos, los soldados acostumbraban a usar zapatos tachonados abundantemente con agudos clavos.
Hoy en día un par de botas le permite al soldado siempre estar listo para marchar, escalar, combatir y hacer todo lo que resulte necesario. Cristo nos exige a su pueblo esta misma actitud de preparación pronta. Tener calzados los pies con el apresto del evangelio es estar FIRMES en el evangelio.
El evangelio no solo es para cuando evangelizamos, es para cada día, tenemos que ponerlo en nuestros pies y llevarlo cada día tanto para nosotros como para los perdidos.


El Cinto de la verdad (Efesios 6:14): El cinturón romano tenía una función especial. Por un lado, mantenía unidas todas las partes de la armadura. Sin el cinturón puesto, todo se caía. La verdad bíblica es el conectar todas las partes en la vida del creyente. El cinturón permitía que el soldado se moviera de manera libre y no se enredara con su túnica. Además, servía para enganchar la espada y en algunos casos también el escudo. Un cinturón ajustado representa la realidad de un combate. Cuando el soldado romano se abrochaba el cinturón, sabía que estaba entrando en acción. Nuestra batalla es constante, debemos estar siempre listos.

La primera pieza de la armadura espiritual es para enfrentar la táctica que ha usado Satanás desde el principio: el engaño. Satanás concentra su táctica en el engaño. La usó con notable éxito en el Edén y la sigue usando hasta nuestros días. La humanidad no ha cambiado. Satanás sabe que el hombre tiene una tendencia natural a creer más en una mentira disfrazada que en una verdad revelada. La gente cree más a las mentiras publicitarias que la verdad de Cristo.

¿Qué es la verdad?
Nada convence más que la verdad. La mayoría de los comentaristas coinciden en señalar que la verdad a la que se refiere el apóstol no es la verdad del evangelio o la palabra. Entonces, ¿A cuál verdad se refiere? Se refiere a la verdad de nuestra propia vida. Más aún, se refiere a la integridad que sostiene todo lo demás en nosotros.
Cuando esgrimimos el arma de la integridad, estamos asestando un duro golpe a las intenciones del enemigo. Porque de nada sirve lo demás si no hay integridad en lo que somos y hacemos. El cinturón de la integridad amarra toda nuestra vestimenta. Satanás no podrá contra un cristiano íntegro.


Nuestro Padre Santo ama la verdad en lo íntimo, ¿Sabes lo que significa eso? Hay una gran diferencia entre lo que la gente ve y lo que Dios ve, hay quienes viven para agradar a la gente, pero para el creyente, ceñir sus lomos con el cinturón de la verdad es vivir solo para agradar a Dios.

La lucha contra el Diablo


En cualquier tipo de guerra, el ejército sabe que la estrategia del enemigo tiene la ventaja. Vale la pena que, nosotros tengamos una idea de la estrategia de Satanás.
Dios no creó al diablo, Dios creó a un querubín que (con su libre albedrío) se reveló y fue expulsado del cielo con la tercera parte de los ángeles rebeldes. Su actuación con la raza humana es de tres maneras:

Tentación: es un ataque contra los que son de Dios (Lucas 4:1-13). El diablo se aprovecha de las debilidades del hombre para provocarlo a pecar contra Dios y separarse de Él. Jesús nos advierte a velar y orar para no entrar en la tentación (Mateo 26:41), pues cuando esto acontece, se vuelve como una obsesión mental para el pecado.

Opresión: es la influencia externa de los demonios sobre una persona. Es lo que le pasa a uno al ser controlado mentalmente por el mal. El ser cegado en su entendimiento e intelecto.

Posesión: Es la habitación de uno a más espíritus dentro de una persona. En este caso, los demonios ya la controlan físicamente, emocionalmente y espiritualmente.

Herramientas para asegurar la victoria:

La Oración: Es para tener comunión con Él, cuando perdemos comunión con Dios nos damos cuenta que separados de Él nada podemos hacer. Nuestras debilidades nos deben llevar a Cristo.
El problema no es ser débil, el problema es creerse fuerte como para solucionar las cosas con nuestras fuerzas y no ser impotentes sin su presencia. Esa armadura son las herramientas que nos dejó para vivir en esta Tierra, dependiendo de Él.
Orando en todo tiempo
El creyente está llamado a orar sin cesar. Cuando Pablo comienza a hablar acerca de la lucha espiritual, no ordena a buscar la fortaleza en el Señor y en el poder de su fuerza. La oración constante es la única manera en la cual el creyente puede fortalecerse espiritualmente.  
La oración debe de estar presente antes, durante y después de la batalla.

Gracias por por visitar nuestro blog, esperamos que este y los demás temas sirvan para su crecimiento espiritual, les agradecemos su apoyo y esperamos ver sus comentarios respecto al tema, que Dios les continúe bendiciendo
Les dejo una foto de la reunión de este mes que de paso estrenamos nuestras camisetas oficiales de comunidad: